La primera vez

La primera vez que pisé una cocina, fue la de un importante hotel de San Sebastián. Recuerdo que era amplia, muy amplia. La única vista al exterior, estaba a 4 metros de altura y era del tamaño de una ventana de automovil.

El techo era alto y la luz, tirando a ténue, o más bien diría lúgubre. Había una cocina central donde se repartían las partidas, desde donde se iban elaborando los platos que desde el comedor nos pedían.

Mi primer jefe de partida, era un hombre un tanto especial, era, de los de dar primero, y luego idolatrarte, de los de hundirte en la misería, y luego ofrecerte el mejor de tus deseos. La verdad, nunca le comprendí, hasta ahora…

Me enseñó que la verdad de este oficio, recae principalmente en tu raza pura. Sí. No hay medias tintas, o vales o no vales. No hacía falta ser un Ferrán Adriá, para darse cuenta que en esa cocina, se vivía la cocina desde muy dentro. Cada día durante 3 meses de verano, fui a trabajar día y noche. Recuerdo que mis amigos, Txema y Oscar, me solían venir a buscar a la salida del trabajo. Supongo que pensarían: ” ¡ Qué colgao¡ Pobre chaval, que vida le espera. No sé, es posible que tal vez entonces, ni yo mismo me daría cuenta de donde me había metido.

Efectivamente, fue el primer verano de mi vida con 15 años, que me “obligaron” a trabajar. Yo que hasta ese momento había pasado unas vacaciones maravillosas con mi tía Maruja en Barcelona, o en Villafranca de Navarra. Reconozco, que la influencia de mis padres, con la frase: ” Acaba los estudios de cocina y luego ya veremos…..”

Fue duro. Tuve infinidad de dudas, muchas.Dudas que cualquier adolescente enfrentado a la vida laboral con 15 años puede tener. ¿ Qué quiero ser en la vida? ¿ Esto? ¿ Para qué? Mis amigos en la calle, de fiesta, la Semana Grande… currando mas que nunca, todas las fiestas de guardar, el menda a trabajar… Vivía en una nebulosa, eso sin mencionar el cansancio de tu cuerpo, al pasar horas y horas de pie, con la cabeza en mil sitios.

Yo siempre me he autocalificado como una persona con muchos relojes en la cabeza. En una cocina, no puedes estar a una cosa, debes coordinar todo y tener claro, que en cualquier momento, si te ausentas, se te quema la comida…..

Seguiré…