Sin que él lo sepa, he querido reconocer públicamente, que a día de hoy, uno de los cocineros con más premios y diplomas, por su aportación a la cocina en miniatura de este país es, mi excompañero de trabajo y andaduras gastronómicas Carlos Nuez. ( en la foto, el de la perilla y gorra)
Y digo excompañero, porque, trabajé con él en un restaurante de San Sebastian durante 2 años. Desde donde le fiché, para mis principios en el restaurante Botarri de Tolosa. Allí permaneció aportando su simpatía ( no creo que nadie me haya hecho reir tanto en una cocina como él) y su trabajo ( profesional y disciplinado) hasta que le abrieron una puerta, de la que creo, fue en realidad su trampolín.
Hace ya tiempo que vengo oyendo, de sus apariciones en periodicos, radios, etc. y debo decir, que tras abandonar nuestra relación laboral, fue creciendo, en base, a su trabajo y sobre todo a su “pararse a pensar”, lo que le ha ayudado a madurar, como cocinero de la manera, que nos sorprende día a día.